Malinalli 2010.

Posted on 10:45 by Hugo Triano Gomez | 0 comentarios


Flor de Líz Pérez Morales.





Esta semana la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) entregó los premios Malinalli 2010 a la dramaturga y ensayista Margo Glantz, al escritor Héctor Aguilar Camín y al arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma. Sin duda el evento genera comentarios que justifican las razones de este artículo y plantea aristas de reflexión. Lo dicho en este marco de festividad de los 52 años de la UJAT queda expuesto como parte de las personalidades reconocidas; discursos que hicieron trascendentes el tamaño y la postura de quienes en ausencia y presencia mostraron quiénes son.

Al respecto lo manifestado por el arqueólogo Matos Moctezuma, a través de un video fue quizás lo más rigurosamente institucional y ortodoxo. Su amparo para aceptar la distinción universitaria aludió a la relación histórica y significativa que ha sostenido con la entidad tabasqueña.

Por el contrario, la figura del politólogo Aguilar Camín fue enaltecida por él mismo y por supuesto por lo desapegado de la vivencia social que intentó explicar. La extraterritorialidad de su discurso deambuló por una postura política que a muchos nos pareció, no estaba en una reflexión lógica. “Este es el mejor México que hemos tenido” y “…no hay que prestar oídos a las grandes mentiras que se dicen de él, pues no es un país fracasado, inseguro, ni violento”, fueron los dejos de sus palabras.

Frente a la inverosímil experiencia del periodista con el mundo real que vive este México nuestro, el sentido de su arenga bien parecía risible; sobre todo cuando nadie puede esconder debajo de la cama lo que está ocurriendo. Los cruentos enfrentamientos entre sicarios, la barbarie de las muertes, el desempleo y los múltiples problemas que nos acicalan cotidianamente no podrían engañar a ningún ciudadano que entiende a través de sus salarios, qué este no es el “mejor México que queremos”. Ahora mismo los ataques y amenazas contra el periódico El Sur de Guerrero, simplemente no pueden negar lo innegable. La mirada que posa Aguilar Camín sobre nuestro país es una mirada de invisibilidad en un panorama que no quiere ver.

Contrariamente y en respuesta a lo anterior, el discurso emitido por Margo Glantz en voz del antropólogo Luís Barajau fue elocuente, digno y humano. Sus preocupaciones y reflexiones se dejaron escuchar en un texto que nos hacía reconocer lo que no tenemos y lo que también hemos perdido. Ella habló y recorrió de fondo los valores de una humanidad que está en crisis y que ella misma no se ciega ante la realidad cuestionada, donde la única constante es finalmente, apelar al hombre.

Es verdad que aún cuando la académica no estuvo presente, su pensamiento recorrió cada uno de los lugares y entró parsimoniosamente en los oídos de un público que callaba para atrapar el sentido de lo ahí dicho. “¿Cómo podremos hablar de derechos humanos cuando se pone científicamente al hombre en cuestión? ¿Cómo podremos hablar de crímenes de lesa humanidad, cuando la humanidad está puesta en duda? ¿Cuál es futuro de la sociedad al pasar de hombre máquina a hombre maquila?”

Eso es lo que se esperaba de una mujer premiada, por eso se le brindó un reconocimiento que justamente se entiende como la traducción de una sociedad que le pone voz a sus intelectuales. Exactamente la mujer dejó en claro por qué fue merecedora de una Malinalli 2010: no sólo por una trayectoria que marca su grandeza académica sino también por su contribución reflexiva a la vida de este país.

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